Por: Gonzalo Rea Alvarez.
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Pastores y Mayuras de Mollebamba Créditos: Yanet Guerrero Llantoy (Foto Facebook) |
El conocimiento previo de cómo se ha gestado la huaylia Mollebambina (pronósticos no determinados) no nos ayuda a comprender muy fácilmente, que estamos para seguir recopilando más datos, pero que no produce un aprendizaje progresivo. Los contenidos de la huaylia mollebambina se han generado desde años ancestrales y que vienen articulándose para establecer un conjunto de ideas más abstractas que nos conducen a la comprensión como obras singulares y estilos propios.
Las manifestaciones populares de la huaylia, es que tiene características especiales en cada pueblo de la provincia Antabamba, en principio es la adoración al niño JESUS, desde donde se valoran la diversidad lingüística, cultural, e histórico como derecho de los pueblos e individuos a su identidad, manifestando cada uno sus cualidades y respeto por otras culturas.
Valores y sentimientos, honrando las costumbres y tradiciones como patrimonio cultural, asumiendo responsabilidades y manteniendo su conservación y mejora artístico.
Relacionando las vivencias (viajes, trabajos comunales, ritos religiosos etc.) fiestas populares u otro tipo de manifestaciones, pudiéndose aportar documentariamente y de carácter video grafico resultado de las experiencias obtenidas en los distintos desplazamientos y coreografías, obtenidas en el transcurso del tiempo.
Por ello, la huaylia es el lenguaje y vehículo ideal para percibir de forma natural el poder de la comunicación afectiva, y transformar en sonido nuestro mundo interior. La buena disposición corporal y el calentamiento de la voz, a través de los ejercicios propios de la vocalización, favorecen y desarrollan las interpretaciones de la huaylia, en sus diferentes matices.
El principal objetivo es conseguir el gusto de cantar la huaylia, y bailar al compás de las diferentes tonadas y estilos, para ello resulta imprescindible aprender a disfrutar con la propia voz que caracteriza a las guiadoras el violinista y pastores de cada grupo, los truena dores que pone orden y las puntas alisnas atentos a cualquier desmán, ocasiones distintas propiciando su asimilación de manera contextualizada, con carácter vinculada a la realidad, y así estampando nuestra identidad mollebambina.
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