Por: http://rpp.pe/
Los migrantes de la
provincia de Antabamba, Apurímac, celebraron en Lima el nacimiento del Niño
Jesús con la Huaylía, un rito andino-cristiano que combina danza, canto y
peleas.
No es un 25 de diciembre
cualquiera, de pronto, la Plaza de Mayor es invadida por cientos de danzantes
enmascarados con pañuelos coloridos y plumas de pavo real que adornan sus
sombreros de paja. La voz gruesa de los hombres y la aguda de las mujeres, hasta
más no poder, transforman el ambiente. Algunos bailarines brincan sin descanso,
otros golpean sus botas contra el asfalto y marcan un ritmo vigoroso: el
centro de Lima se llena de vitalidad.
Así es la Navidad para
los migrantes de la provincia de Antabamba, Apurímac, quienes cantando y bailando celebran el nacimiento
del Niño Jesús con el rito de la Huaylía, una fiesta andino-cristiana declarada
Patrimonio Cultural de la Nación que en la capital se lleva a cabo cada 25 de
diciembre.
En esta ocasión los
mayordomos fueron Robinson Choquetaype Huañahue y su hijo, Alejandro
Choquetaype Bravo, quienes junto a familiares y amigos pasearon la danza de la
Huaylía por las principales calles del Centro Histórico de Lima.
A las 10 de la mañana
realizaron una misa en la iglesia y convento de San Francisco. Los guiadores y
las guiadoras, personajes centrales del rito, se acercaron al altar y con
cantos en quechua rindieron culto, de un mundo muy particular, a lo que para
ellos representa la imagen del Niño Jesús.
Luego los antabambinos
regresaron a la Plaza de Mayor, bailaron en frente de Palacio de Gobierno, la
Municipalidad y la Catedral de Lima; recorrieron algunas calles para después
trasladarse a un local en San Juan de Lurigancho, donde celebraron el resto de
la fiesta con comida, bebida y más danza.
Takanakuy: peleas a puño
limpio
La huaylía antabambina
es también conocida por el takanakuy: las peleas a puño limpio que se
producen en un cuadrilátero entre integrantes de diferentes comparsas y que
tienen como árbitro a policías.
Cualquier danzante puede
ir al centro y retar a otro del grupo contrario poniendo a prueba su valor. Los
combates, por lo general, no duran más de dos minutos y están bien controlados,
convirtiéndose así en un acto casi deportivo, pero que tiene como finalidad canalizar
las pasiones y la vehemencia guardada durante todo el año.
El takanakuy se
realiza en Atabamanba el 27 de diciembre, el último día de una fiesta que
inicia el 24 del mismo mes, pero que se prepara durante todo el año.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario